Los involucrados tenían en su poder un arma y municiones con punta hueca. Quedaron aprehendidos, a disposición de la justicia.

El pasado martes alrededor de las 9, en la zona del Cerro Bayo, en Agua Escondida, personal de Guardaparques retornaba de verificar un incendio y se percataron que una tropilla de guanacos se desplazaba a la carrera, en movimiento de huida. En ese momento observaron a un vehículo de color blanco, detenido a un costado de la ruta, con sus dos ocupantes abajo, quienes al ver la presencia de los uniformados se subieron al rodado, trasladándose en dirección hacia los guardaparques, según consta en las actuaciones.

Allí los guardaparques procedieron a detener la marcha del rodado, se trataba de una camioneta Chevrolet LUV y al momento de solicitarles la documentación los sospechosos, de apellido Rubio y Castro, manifestaron que no tenían, por lo que se identificaron de forma verbal. Los uniformados también les consultaron si transportaban armas de fuego o animales de fauna silvestre, a lo que los sospechosos respondieron que no y argumentaron que se encontraban mirando el incendio.

Ante la sospecha, los guardaparques solicitaron requisar el rodado y constataron en el piso del asiento delantero un arma de fuego, tapada con una funda. Al solicitarles la documentación de la misma dijeron no tenerla. Además, los uniformados verificaron el arma y estaba cargada, con una bala en la recámara, la cual estaba trabada. El arma en cuestión era una carabina calibre 22, según informaron a este medio fuentes oficiales.

Posteriormente los guardaparques hicieron un rastrillaje por la huella donde habían visto a los sospechosos y a unos 100 metros encontraron a un ejemplar de guanaco, macho, de unos 4 años. El animal estaba muerto y tenía un orificio de bala detrás del omóplato izquierdo, por el cual observaron que salía sangre fresca.

Según consta en la denuncia, al consultarles por la muerte del animal, el hombre de apellido Rubio manifestó que fue él quien disparó. Además, los guardaparques encontraron en un bolsillo de un chaleco de Rubio 31 municiones, punta hueca.

En el hecho intervino la Oficina Fiscal de Malargüe y los involucrados fueron trasladados a Comisaría 24, donde quedaron privados de su libertad. En tanto que el arma fue secuestrada. La próxima semana se espera que se le haga un juicio abreviado y ayer recuperaron la libertad.

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