Héctor Ricardo Aranda ve la vida a través del lente de su cámara; lejos de su Malargüe natal, continúa deleitando al público con sus retratos.

Nacido, criado y habiendo pasado gran parte de su vida en Malargüe, Héctor Aranda hace poco más de 3 años que vive en Merlo, provincia de San Luis. “La idea viene de hace bastante tiempo; cuando teníamos nuestros hijos chicos, veníamos a este lugar a acampar, nos enamoramos de él y seguimos ese sueño”, confesó para Malargüe a Diario y continúa: “Le decía a la señora del camping donde veníamos que, si algún día vendía un pedacito de terreno, podía comprárselo y así fue. Seguimos este sueño y ahora estoy acá”.

Malargüe fue el lugar donde nació y se crió pero siempre le pareció muy frío; “apenas me recibí en el año ´77, empecé a trabajar en una empresa petrolera, tan frío el lugar, llegué a trabajar con 24 grados bajo cero, eso me pasó factura a esta edad, siempre estuve buscando un lugar más cálido y este lugar es muy lindo y el clima agradable”.

La fotografía sigue siendo parte de su vida, de hecho, durante todo el verano presentó una muestra en el Espacio Cultural “Amigxs de Merlo” titulada “Libertad”, la cual cuenta con aves en diferentes lugares de esta ciudad. “Me produce un desenchufe, tengo más de 46 años en la fotografía. Desde chico jugaba con la fotografía, más allá de estudiar de técnico, siempre estuve vinculado a este arte. Lo que yo hago encaja perfecto en todo lo que me gusta hacer; estoy sacando fotos a las aves, paisajes y haciendo arte fotográfico para las casas de artesanía”.

Además de la fotografía, Aranda se adentró en el mundo de los documentales. En el 2017, junto a Cristóbal Villar, presentaron el mediometraje basado en un hecho real, “Crónica de un aviso radial”, que describe el trabajo cotidiano que realizan los agentes sanitarios en nuestro departamento y el destacado papel que cumplen los comunicados radiales en la vida cotidiana de nuestros trabajadores rurales. Este mediometraje fue presentado en salas no solo de nuestra provincia, Tandil y Neuquén fueron algunas de ellas. Paradójicamente, en la ciudad de Mendoza nunca pudo presentarse, “en capital la discriminaron totalmente; eso que está declarada de interés cultural por el Senado”.

Malargüe quedó lejos y, a su vez, cerca. Para el día del fotógrafo realizó una muestra en el Honorable Concejo Deliberante y le otorgaron un reconocimiento a su trayectoria. A pesar de estar muy a gusto en Merlo, Ricardo confesó que extraña a su gran clientela “y las charlas con mis amigos en Foto Arte; y a mis hijos, obviamente”.

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