Incluye 19 temas, de los cuales, 16 son de su autoría.  Abarca cuecas, tonadas, zambas y un gato.

Muchas veces, se asocia los finales con algo malo, triste y desconcertante; algo que todos queremos eludir, siempre y cuando lo que se termina resulta placentero.  Pero en este caso no es así; Raúl Villarromero grabó su octavo y último disco, y no porque es el más fresco es el último sino por el hecho de ser el que cerrará su carrera artística, “la idea es, dentro de lo posible, acompañarlo un tiempo a caminar”, manifestó para Malargüe a Diario el cantautor malargüino.

El disco se titula “Para cantarte madre”, está compuesto por 19 temas, de los cuales 3 son clásicos del repertorio popular, “Cuando el amor se va” de Eladia Blázquez, “Canción del adiós” de Horacio Guarany (con el agregado de la letra de un poema de un autor mexicano) y “Cántame tonadas”, de Ernesto Villavicencio, “este trabajo tiene más folclore cuyano que mis anteriores 7 discos”.

Según explicó Villarromero, “Para cantarte madre”, tema que le da nombre a su disco, es una canción que compuso para su progenitora en 1982, “cuando la empecé me di cuenta que estaba emprendiendo lo más difícil que había emprendido hasta ese momento, todo me resultaba pequeño para poder medir la dimensión del cariño de lo que fue mi madre; así y todo nace una canción que, después de muchos años, la volví a trabajar y nació otra letra y pude mejorar la melodía y decir otras cosas que la pintan más en cuerpo presente a mi madre; son como dos historias dentro de la misma canción”.

Muchas de las letras de las canciones que integran este disco, se remontan a los años de niñez y juventud de Villarromero, “una canción dedicada a los viejos cantores que escuchaba en mi casa cuando llegaban a hacer una serenata y una tonada, “Remolino de ilusión” que trata el despertar del niño al hombre; un adolescente tímido que miraba a una compañerita sin atreverse a decir nada, la fantasía, lo que iba soñando; “Para cantarte madre” es una forma de recuperar un tiempo que pasó, que fue lindo, tratando de reflejar en canciones una pequeña historia; yo sé que se van a olvidar de mí pero es muy difícil que se olviden lo que canté, mis huellas, mi paso por la vida queda reflejado en mis libros y en mis discos”.

Villarromero recuerda sus comienzos como cantautor y alude a una de las relaciones más poderosas que existen para el ser humano, la amistad: “No concibo la vida sin un amigo, es una parte de nosotros; Dios nos pone justo en el camino la persona que necesitamos, cuando me fui a Buenos Aires, en el año 80 sin conocer a nadie, fueron apareciendo los amigos que necesitaba, que me ayudaron a armarme artísticamente porque venía de cantar de niño con un hermano”.

Sobre la cantidad de temas que incluyen este último trabajo discográfico, Villarromero se justificó: “Me estaba jugando, es el último; con este disco estoy festejando mis 40 años de cantautor; los cuento a partir de diciembre del 80 cuando me radiqué en la Capital Federal para jugarme con mis propias canciones; tuve muchas pérdidas pero en lugar de quedarme atado a las pérdidas, aprendí la lección y traté de enfocarme en algo nuevo.  No se vive de sueños pero cómo ayudan a vivir, tuve el sueño de armar este nuevo disco”.

Haciendo un balance sobre su carrera artística, Villarromero manifestó: “Lo mío es el canto, pero no cualquier canto, sino el que tiene que ver con mis convicciones; tengo 68 años y estoy en paz porque fui fiel y leal a mis convicciones y al canto que elegí; quiero dejar los escenarios antes que los escenarios me dejen a mí; no voy a dejar de cantar pero después me dedicaré a escribir, a cantar para mis amigos y para mí pero, por ahora, le debo esto a mis canciones”.

Sobre la presentación de este octavo disco, Villarromero anticipó que está dentro de sus planes pero no se puede hablar aún de tiempos, “podemos decir que vamos a presentarlo pero no se sabe cuándo, yo sigo ensayando y promocionando”.

El cantautor malargüino se mostró más que agradecido a quienes hicieron posible éste, su último trabajo discográfico: “Es el tercer disco que grabo junto con Fabián Arroyo, un músico extraordinario; mejor persona, responsable, serio, participativo, lo toma como algo que también es de él, agradezco a Juan Acosta, que es quien me va metiendo en el mundo de la tecnología y diseñó la tapa del cd, a Aldo Marfil que hace sonido, es gente con la que uno se renueva; y gracias a todos mis amigos”.

“Para cantarte madre” se grabó en los estudios A.C. Records de Andrés Cisternas y puede adquirirse en “Avance Disquería”, en “El Canillita” o a través del Facebook: Raul Villarromero; esta primera edición fue de 50 discos.

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