Martina Silva, desde muy chica, supo que quería trascender en el deporte que le apasionaba. Hoy disfruta de sus logros.

«El éxito ocurre cuando tus sueños son más grandes que tus excusas” reza una conocida frase y Martina Silva Ruiz puede sentirse más que exitosa. Con 22 años y una mochila llena de miedos, a fines de marzo se embarcó en una de las grandes aventuras de su vida: se fue a vivir a Mendoza, convocada por el Club Andes Talleres para jugar de base en el equipo de 1º división de la Superliga femenina de básquet.

“Las chicas del equipo del Club Municipal Malargüe me invitaron a jugar un cuadrangular a Mendoza en el cual había un partido amistoso contra Andes Talleres; al finalizar el partido, el entrenador de Andes se acercó a hablar con mis coachees”, contó para Malargüe a Diario Martina y continuó: “Me comentaron que Cristian Rodriguez (hoy su entrenador) quería hablar conmigo, le interesaba que yo fuera a jugar a su equipo; me ofrecían hospedaje y viáticos si estaba interesada, me gustó la oferta, me llamó uno de los dirigentes y me contó cómo sería todo. Tuve un par de dudas en el proceso de decisión pero ellos me lo hicieron más fácil”, confesó.

Martina viene de una familia de deportistas, su mamá jugó al básquet cuando iba al secundario, sus tíos también jugaron, “mis padres siempre fueron muy deportistas”. Empezó a jugar al básquet desde muy chica y, a los 12, comenzó los entrenamientos en el Club Deportivo Malargüe con el profe Mario Arenas. “Una prima me contó que estaban armando el grupo, empecé a entrenar e hice mis amistades”, le contó la embajadora malargüina a este medio.

Martina, como le sucede a muchos jóvenes, al salir de la secundaria no tenía muy claro qué quería estudiar; sí sabía que quería jugar al básquet, “empecé a trabajar porque no encontraba algo que me gustara para poder estudiar. Jugar al básquet es parte de mi sueño, siempre quise salir del básquet de Malargüe y pensé que no se iba a cumplir, pero hoy estoy viviendo parte de mi sueño”.

Además de los entrenamientos y juegos con Andes Talleres que le ocupan gran parte de la semana, Martina estudia en el IEF la carrera de guardavidas. Convive con una familia, Natalia, Carlos y Victoria, que la recibieron muy bien y la hacen sentir como en su casa. “Es difícil estar lejos de mi familia, me estoy adaptando de a poco a la ciudad, a los entrenamientos, al grupo, a todo. Extraño mucho Malargüe, primeramente por mi familia y por mis amigos; extraño el movimiento de la ciudad, que esté todo más cerca, que podes llegar a todos lados caminando, eso está bueno”, concluyó la joven deportista en diálogo con Malargüe a Diario.

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