Apasionado por el campo, defiende la tradición puestera de sol a sol. También le gusta recitar.

Con tan solo 7 años, Ihan Elian Arteaga Alaniz, hijo de Angie y Luis, tiene su pasión bien definida: el campo, con sus dejos de tranquilidad y libertad inigualables y sus atardeceres eternos.

“A los 4 años empezó a montar a caballo; desde ahí siempre quiso ser partícipe de los arreos pero, como era tan chiquito y las distancias son largas, no se lo permitíamos”, confesó para Malargüe a Diario su mamá y continuó: “Es difícil quedarse tranquila ya que mientras va en viaje no cuentan con ningún medio de comunicación”.

Ihan vive junto a sus padres en el puesto Arroyo El Molle del paraje El Alambrado. A los 6 años comenzó a realizar los arreos más cercanos y, hace muy poco, fue a uno de mayor distancia, “es lo que tanto deseaba; donde le tocó de todo, tuvo que hacer noche en el campo, arrear con calor y también fue muy castigado por el viento pero siempre tuvo las mismas ganas de seguir colaborando”.

A pesar de realizar tan sacrificada actividad, Ihan disfruta de su niñez como cualquier otro niño; se levanta y juega con sus caballitos de palo y sus 2 perros, cuando está la posibilidad “pilla” su caballo y lo ensilla con la ayuda de su papá o su abuelo, ya que él todavía no lo alcanza bien, y luego sale junto a ellos a cuidar sus animales, “en el puesto siempre hay algo para hacer”.

Este pequeño gran arriero va a la escuela José Ríos, ubicada a unos 3 kilómetros del puesto. Según confesó su mamá, poco le gusta asistir, “pero tiene que cumplir”. En los actos escolares su ropa favorita es la vestimenta gaucha y ama recitar algún refrán relacionado al campo, «no sé burlen de mi facha que éstas pilcha son mi orgullo que soy coterráneo suyo aunque use bota y bombacha».

Ihan sueña con seguir siendo puestero y vivir en el campo, defiende y ejerce esta noble profesión para que nunca se extinga.

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