Portezuelo es una clara muestra de lo que la política partidaria genera: ilusión que se desvanece en pobreza y frustración. La realidad nos golpea una vez más, superando palabras que dichas sin responsabilidad van destruyendo la legitimidad del esfuerzo que la comunidad realiza.

Políticos que sabiendo que no hacen todo lo posible se esfuerzan en simular acciones que a la larga, o más bien a la corta, demuestran que estaban más interesados en conseguir votos que en gestionar o en hacer.

En definitiva, los hechos y no las palabras es lo que realmente importa-.

¿Por qué no se hizo el estudio de impacto ambiental solicitado en el laudo anterior? ¿Dejando que pase el tiempo en un camino que a sabiendas solo tenía como destino el fracaso?

Ese mismo laudo abrió  la posibilidad de derivar el dinero a otras obras ¿esto fue casualidad?

¿Por qué se ilusionó a toda una comunidad organizando cursos, pidiendo curriculums si no estaba la seguridad jurídica ni los procesos adecuados para la realización de la obra?

¿Por qué el arco opositor no tomó posición firme y clara para gestionar, promover el estudio ambiental pendiente en tiempo y forma? ¿No fueron acaso partícipes necesarios para que este tiempo se pierda?

Ahora los dirigentes locales buscan echarle la culpa a otro, tratando que el precio político lo pague otro.

La respuesta a todas estas preguntas es siempre la misma: DECIR LO QUE SEA POR UN VOTO, pensamiento miope, egoísta, que fomenta grietas solo para beneficio particular o sectorial. Nunca este tipo de “estrategias” se convierten en bienestar común.

Con códigos sectarios no importa destruir (literalmente), mentir, engañar al vecino con tal de conseguir un voto.

También están los que no aportan nada, no ayudan al crecimiento de la comunidad ni de su gente.

Los tiempos electorales hacen de la urgencia que tiene la gobernación de la Provincia de gastar el dinero destinado a Malargüe en otras obras en otros lugares, mientras quienes deberían defender a los intereses de nuestro Departamento están más ocupados en disimular con palabras y frases tan grandilocuentes como vacías, sus verdaderas intenciones y obsecuencias partidarias y económicas.

Portezuelo NO ES EL ÚNICO EJEMPLO DE MANOSEO ELECTORAL. Somos testigos de muchas mentiras, demagogia e hipocresías evidentes. Cada vecino lo sabe, solo hay que hacer memoria. Portezuelo si es quizás, el mejor ejemplo.

Esta forma de hacer política debe terminar, si dejamos que sean siempre los mismos, van a seguir pasando las mismas cosas. Por eso es que desde Otro Aire, desde Compromiso Federal los invitamos a participar de un proyecto que desde el trabajo, transparencia, planificación, humildad se priorice al vecino/a, al malargüino.

Sea parte de nuestro equipo, porque solo en comunidad podremos cambiar esta historia que estamos condenados a repetirla si no nos involucramos. Cada aporte es importante, su aporte es indispensable para lograr un presente y futuro mejor, por nosotros y nuestros hijos.

Por Oscar Arrieta

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